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SECRETARÍA DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
LOS CUIDADOS NECESARIOS ANTE LAS TEMPERATURAS EXTREMAS CON LOS ADULTOS MAYORES
AUTOR

SOENGAS, Natalia
Artículo elaborado en el marco de la línea de investigación de Bienestar del Personal
Los seres humanos no estamos preparados para vivir en la intemperie sin ropa que nos cubra y proteja de los cambios climáticos.

No tenemos tejido graso que nos sirva para producir calor y el pelo que nos recubre el cuerpo no nos sirve para aislarnos del medio ambiente.

Nos quedan como recursos de defensa la vasodilatación y la sudoración, para eliminar el exceso de calor, ya que nuestra temperatura corporal adecuada para que se desarrolle normalmente nuestro metabolismo oscila entre 37.5º y 36ºC de acuerdo al lugar en donde se tome el registro de temperatura, el momento del día, ciclos hormonales, etc.

Cuando se eleva por encima de 37.5º hablamos de hipertermia leve, por encima de 38º hipertermia y superados los 40º de hipertermia maligna.

Muchas causas pueden ocasionar hipertermia por lo que se debe consultar a un médico y no utilizar remedios caseros o automedicarse con medicamentos de venta libre o bajo receta que nos hayan quedado o que nos recomienden no profesionales. No existe medicamento que no pueda producir un efecto adverso en la salud de un individuo ya que además de lo estudiado en su proceso de desarrollo, hay factores propios de la persona (idiosincrasia) que alteran y modifican los medicamentos cuando ingresan al cuerpo.

Desde infecciones leves a severas ( cistitis, faringitis, neumonías, meningitis, etc.), alteraciones hormonales, neoplasias, intoxicaciones, trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono, grasas, agua) enfermedades del sistema nervioso central, exposición prolongada al sol o trabajos que lo expongan a altas temperaturas , trastornos mentales o falla en los mecanismos de defensa que hagan a la persona evitar resguardarse de las altas temperaturas o en ocasiones más raras fallas en el sistema de regulación de la temperatura central.

Por eso en aquella personas más susceptibles a sufrir problemas por el calor, debemos prevenirlo con: baños con duchas de agua tibia, por arrastre el agua ayuda a eliminar parte del calor que superficialmente trata nuestro organismo de eliminar (mecanismo de transmisión), utilizar ropa holgada, de colores claros, no exponerse al sol en forma directa, utilizar sombreros, gorras, pañuelos que eviten que la cabeza quede expuesta especialmente si tenemos escaso cabello o vamos a tener, por motivos laborales o recreativos, que permanecer un tiempo prolongado al sol.

No debemos realizar trabajos o ejercicios intensos que produzcan una mayor producción de calor, y/o deshidratación, o hacerlos en los horarios de menor temperatura procurando aumentar la ingesta de agua.

Debemos tener precaución con las infusiones como té, café, mate, bebidas colas y alcohol ya que estimulan la diuresis, la vasodilatación y no son efectivas para reponer la pérdida de agua.

Las personas, solas, o con menos reflejos para su autocuidado o enfermedades crónicas que puedan empeorar con las altas temperaturas tienen que ser controladas en forma habitual, por sus familiares, amigos, vecinos o avisar al sistema de salud para vigilarlos y protegerlos.

Si vemos alguna persona con alteraciones por la temperatura ante la duda consultar con un médico a solicitar su traslado a una institución de salud para que sea tratada adecuadamente.

En cuanto a las bajas temperaturas, como único mecanismo eficaz de defensa contra la pérdida de calor tenemos el escalofrío (una contracción muscular que produce calor), está limitada por el tiempo de exposición al frío, el viento (que elimina el calor de la superficie), la humedad que por transmisión pierde calor de una superficie a otra menos caliente, además de causas que alteran el control de la temperatura como algunos psicofármacos, tóxicos como el alcohol porque aumenta la vasodilatación o alteran los mecanismos de defensa para resguardarse del frío por las alteraciones de la conciencia.

Los adultos mayores en muchos casos se encuentran polimedicados, tienen alteraciones cognitivas o motrices que les alteran las posibilidades de tomar medidas preventivas.

También pueden por diferentes causas tener menos masa muscular y el escalofrío es menos eficaz para producir calor. En las personas que tienen algunas de estas condiciones debemos controlar que estén vestidas adecuadas a la temperatura ambiente, que no permanezcan a la intemperie o en corrientes de aire frías. Los ambientes deben tener una temperatura adecuada y procurar que reciban alimentos o líquidos calientes sobre todo si han estado expuestos a bajas temperaturas. Si estuvieron expuestos a la humedad debemos secarlos y retirarles las ropas mojadas. Si sigue la hipotermia (menos de 36°) colocar frazadas y ropa de abrigo que les evite la pérdida de calor y si está alterada la conciencia o sufrieron algún trauma o enfermedad es conveniente llamar o concurrir al médico ya que puede el frío empeorar o interferir en cualquier trastorno subyacente o en los tratamientos que se deban administrar.
 
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